A cuidarse, busquen su nidito temprano, y cuidado con las zarigüeyas ;)
El estar “fit” y saludable no es
cosa de una semana, ni está en una dieta mágica. Tampoco es tan fácil como
“calcúlame mis calorías y hazme un menú”.
Como todo en la vida, perder esas
libritas de más o volver a ponerte ese vestido hermoso de tu graduación, toma
tiempo y requiere de compromiso y dedicación. El primer paso, y el más
importante, es tomar la decisión de hacer cambios – y probablemente sean más de
uno. Antes de amarrarte con una dieta radical, comienza con pequeños cambios en
tu día a día. Cambiar el helado por un frozen yogurt con frutitas (¡aprovechando
que están de moda!), las sodas por jugos o tes (entre más natural, mejor),
buscar las escaleras, hacerte amigo inseparable de una botella con agua.
Detalles. Los grandes cambios empiezan
con pequeños detalles.
Recuerda que tu salud no es algo
estético – está contigo para toda la vida y debes cuidarla siempre.
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